Intérprete del tango instrumental desde un timbre que no está entre los tradicionales. Saxofonista, compositor, arreglador, docente y director de sus propios proyectos, Jorge Retamoza no oculta tampoco sus influencias jazzísticas. Con sus saxos al frente preferentemente el tenor y el barítono- ha venido sosteniendo por años su proyecto Tango XXX, y así grabó y publicó varios de sus álbumes. Pero con “Colores del otoño” vuelve a poner exclusivamente su nombre en la tapa, como ya lo había hecho con “Vientos de tango”, de 2011. Lo integra una serie de temas propios, a excepción de “Solo en la multitud” de Eduardo Rovira. Su saxo es omnipresente, con gesto desgarrado, intenso. Lo acompañan, distintos grupos camarísticos que son el cable a tierra tanguero, con músicos como Matías Rubino, Nicolás Enrich (bandoneón), Alejandro Kalinoski, Gastón Harisquiry (piano), Roberto Seitz (contrabajo), Julián Graciano (guitarra), Ezequiel Finger (vibráfono) o Marcos Cabezaz (marimba). Y el resultado final es una suerte de Astor Piazzolla pero llevado a los extremos del expresionismo, quizá como si el marplatense hubiera llegado a grabar algún otro disco en dúo con Gerry Mulligan luego de aquel memorable “Reunión cumbre”. Muy buen trabajo de Retamoza. Un tango que sigue encontrando sus mejores esperanzas en las expresiones de búsqueda instrumental. Un saxofonista y compositor que ya se ha instalado como clásico.